jueves, 28 de enero de 2016

Del asco y otras soledades

De lo que me ilusiono me alimento, 
así dicen. 
A bocanadas, 
como quien no ha comido en mas o menos cuatro años.
Y me siento hundida,
como a quien le cae mal la realidad,
la vomitiva desilusión,
el asco de todos los platos llenos de mierda. 

Hay una gata negra a los pies de mi cama,
y un par de auriculares escupiendo música indie pop
sobre el maldito ruidoso rap y hip-hop. 

De lo que pienso me tropiezo,
así se ve. 
Desesperadamente,
como quien corre a una única luz lejana que se va achicando,
donde sabes que no pasas si tardás un día mas,
un centímetro más. 
Y me creo perdida,
como las mariposas atrapadas en un frasco de, demasiado dulce, mermelada,
la pasarela de la plenitud,
las bambalinas de la inseguridad tras las tablas llenas de falsa firmeza. 

Hay un perro grande que me lame las lágrimas,
y un montón de libros gritandome que los alcance
para perderme, para salvarme.

De lo que escribo me voy conociendo,
así se entiende. 
Llena, tan llena que no me lo puedo guardar,
y me deshago de lo pesado,
como necesito deshacerme de lo que me pesa,
como el omeprazol para una resaca,
como sal y azucar para la presión,
como el humo para respirar,
como la piel rasgada para los nervios,
como el ayuno para un reflejo. 

Hay un pajarito que me canta al oido,
una libertad que me eleva
y una soledad para soltarme,
y con asco destrozarme.
 



 

miércoles, 20 de enero de 2016

Lo que hicimos en Callao

Estaba viajando sentada con la cabeza apoyada en el caño
manoseado, asqueroso, caliente,
y llegaba tarde a casa,
pero no me importaba.
Si me importaba tu mirada,
me daba rabia,
y me gustaba.
(eran las diez de la noche cuando el teléfono sonaba)
Escuchaba de fondo una canción que me encantaba,
y por dentro la cantaba,
y enfrente mío vos,
que cada mirada me desabrochaba otro botón de la camisa,
pero tenía más calor,
y me fastidiabas.
(me seguían llamando, era el número de casa)

Te sentaste al lado mío,
pero te voltee la mirada,
me sentía mal porque el calor me sofocaba,
me mirabas, sonreías y me suspirabas.
(me llegó un mensaje, preguntándome dónde estaba)

Quería ignorarte y el teléfono miraba,
respondí las preguntas mientras la pierna me rozabas.
(ruido alarmante, "batería baja")

Terminé por mirarte,
y desnuda ya estaba,
pero cuando quise taparme
mis piernas no me dejaban.
(quedé incomunicada, entre besos con la boca ocupada)

En el subte no había nadie,
solo vos tocándome
y yo que temblaba...pero me encantaba,
lo hicimos en Callao
justo antes que el teléfono sonara
esta vez para que despertara.

viernes, 8 de enero de 2016

Señorita no está bien

Y en medio de la noche
entre todos los pensamientos acumulados
felices, libres, ahora plenos...
aparece el sol que no me tapan los dedos.

Me engaño cada vez mas
y es tanto todo lo bueno
y es tanto esto que todos los días me consume un poco mas...
ayuda,
no quiero dejar de desaparecer,
lo hago tan lentamente,
no puedo dejar de morir paulatinamente,
como estaba planeado,
pero ya no quiero irme,
quiero vivir,
pero no puedo.

No puedo vivir dibujando sonrisas con acuarelas,
mintiéndome con que todo está bien,
que al caerme me levanto y no volverá a pasar,
no encuentro la salida al parque techado. 
Es que en el fondo, 
nadando entre lágrimas se la verdad,
la única forma de verme mejor,
exteriorizada,
y aunque así muera por dentro...
qué importa eso.
Tengo miedo de volver a ser completamente feliz
porque eso me hace ser suficientemente imperfecta.

Cuando un par de números te definen,
te atormentan,
te empujan...
cuando ya nunca basta...
estoy muriendo un poco mas,
pero sonrío,
estoy peor todos los días,
pero finjo.

Señorita, usted es grandiosa,
pero puede ser mejor...
señorita, aproveche esto,
porque puede ser peor.

Convencida de lo feliz que suelo ser,
cuando no me veo sola y desnuda frente a un espejo,
cuando creo en mi
y mintiéndome me piropeo
"señorita, qué bien se ve",
olvido lo que me insultan los reflejos.

martes, 5 de enero de 2016

Todo está menos yo

   Estás tras las cuerdas del regalo pasado, en mis pensamientos tras lecturas tormentosas de cartas, promesas, planes, fotos, notas...porque desde que te vi acepte que el que ya no ama se fue...y es que estás ahí, cuando termino el desayuno, al correr las cortinas, antes de salir, cuando miro al cielo y amo el sabor del viento, el ruido de los autos cuando corren por las calles y la luvia deseada del verano rajante. Es que estar tan lejos de alguien nunca me resultó tan fantasioso...no dejo de imaginarte. Es que no se qué es lo lindo de no ser nada y que me hace sentir inmensa. Inmensa como los escalofríos al ver tu sonrisa, las risas de tus malos chistes, el vacío de un día sin existencias melosas, inmensa...como nunca antes. A la vez tengo miedo, no piso firme.
   Soy un partido perdido resignado a la revancha. No me imagino, después de tanto, casada, con hijos, con un auto y el perrito faldero, no se planearme, me aterroriza hacerlo. Quiero vivir sola para siempre y se que eso es mentira. Me asusto, algunas veces, entre caídas tan profundas me convierto en mi propia asesina. Es que hay tantas dentro de mi que temo llegar muy lejos y quedarme acá para siempre, en estos casi diecinueve años. Nunca se cómo voy a reaccionar, qué tanto me puedo matar...me odio, pero no quiero hacerlo.
   Por otro lado están las cosas que me salvan la vida, la música que me lleva a tantos hermosos lugares, los libros que me alejan de tantas inmundas realidades...todas mis distintas y desordenadas realidades, ocho ruedas que me hacen volar, cuatro personas que puedo cuidar. Y estás vos, revolucionando todo mi supuesto deseo de soledad, mi negación con eso de amar. No quiero amar...pero no me dejás salida, creo que es tarde pero no lo quiero contar. Dejame por favor, no me quiero enamorar, elevarme, amarme, sonreír, viajar lejos...alto, mientras mas alto mas duro, y ya me siento estallar contra el piso, duro...tan real.
   Están tantas cosas mientras yo, que en realidad mucho no importo, no se dónde estoy ni dónde estaré...pero si mi suerte me deja estarlo, no me digan si él se fue.