martes, 27 de septiembre de 2016

Abrí los ojos con la garganta cargada,
y palabras extrañas,
ajenas,
mal apropiadas.
Sos el mal sueño al que le falta una cara,
un nombre,
una voz, un sexo, 
una mirada. 

No puedo seguir consejos,
ponerme la palabra de ese Dios que tanto hablan,
ni una cruz amarrada, 
no puedo ser la que mal cita poetas felices
con sonrisas en la cara,
es tarde para empastelarme los sentidos,
brilla el Sol
pero tengo frío.  

Sigo entre las sábanas que atestiguan cuándo
pero no cómo,
que saben a placeres y deseos,
pero no de vos,
el del mal sueño sin existencia. 

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