viernes, 22 de julio de 2016

Me miro a mi,
la del tajo en la cara,
de labios apretados y lengua afilada,
la del espíritu libre y cuerpo que sufre,
la de las muñecas marcadas y puños cerrados,
de las uñas comidas y que poco se pinta...
la mala, la loca...un poco adicta.

Se me hicieron vicios los sueños,
y las brisas a contra pelo,
toda una modelo
de etiqueta alucinógena
y corazón anoréxico.

Me miro a mi,
la de paciencia desafortunada,
con ataques de llanto y sonrisa mal lograda,
tan entre palabras,
tan esdrújula,
siempre tildada.

Se me hizo vicio la auto indulgencia,
y abrir las puertas solo en emergencias.

Me miro a mi,
porque ya me estaba escapando de la cárcel
que es esta figura sobrante,
de curvas antipáticas
y huesos tajantes.

Se me hicieron vicio las ficciones,
y obviar pseudo realidades,
mal escritas,
patéticas, ancianas, ridículas,
vacías de verdades.

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